En ocasiones encontramos productos cosméticos que contienen la frase “Sulfate-free” o “Libre de sulfatos” destacada. Pero, ¿qué son exactamente los sulfatos? Y lo que es más importante, ¿qué hay de negativo en ellos?
Los sulfatos son detergentes agresivos formados de sales minerales que contienen azufre. Los más comunes son el Lauril Sulfato de Sodio (SLS) y el Lauril éter Sulfato de sodio (SLES). Éstos fueron introducidos por primera vez en el cuidado del cabello en la década de los 30 y revolucionaron, en ese momento, la industria de la salud y belleza. Antes de su introducción, la gente confiaba en jabones simples (pero no siempre eficaces) y otros métodos para limpiar su piel y cabello.
En comparación, los sulfatos eran potentes, baratos y fáciles de adquirir. Lo mejor de todo es que eran responsables de la espuma que asociamos con la limpieza e higiene. Sin embargo, ahora que es uno de los agentes químicos más comunes utilizados en nuestros hogares, estamos empezando a entender que los sulfatos tienen un gran impacto en nuestra salud y belleza.
Cómo funcionan los Sulfatos en los Champú
Los sulfatos son tensioactivos - moléculas que pueden atraer tanto el aceite como el agua: un extremo de la molécula se aferra a la fase aceitosa, mientras que el otro se aferra al agua. ¿En qué se traduce? Son capaces de quitar la grasa y la suciedad de nuestra piel y cabello, disolverla en solución y posteriormente enjuagarla con agua.
Estos tensioactivos son potentes, baratos y están presentes en muchos productos, no sólo en champús para crear espuma, en lavados corporales, limpiadores faciales y pastas dentífricas, sino también en productos de limpieza para el hogar, detergentes para la ropa y jabones para platos. ¿El problema? Además de la suciedad, los sulfatos también retiran todos los aceites protectores del cuero cabelludo y del cabello. Son demasiado agresivos.
Los sulfatos, tu cabello y tu cuero cabelludo
Nuestra piel y cabello son parte del ecosistema natural conocido como el bioma. Los sulfatos interrumpen su delicado equilibrio del siguiente modo:
- Eliminan los péptidos antimicrobianos naturales, las proteínas y los aceites impermeables que nuestros biomas crean. Sin estas sustancias preservadoras de la salud, nuestro cabello y cuero cabelludo están desprovistos de humedad vital, expuestos a microbios nocivos, alérgenos y contaminación ambiental y son vulnerables a daños, infecciones y enfermedades.
- Elevan la cutícula del cabello. La capa más externa del eje del pelo está formada por una serie de células de pelo resistente, con solapamiento, el conjunto de las cuales se llama cutícula. Debido a la tensión superficial reducida, los sulfatos actúan por debajo de la cutícula, haciendo que ésta se levante y abroche. Esto expone la corteza del cabello a la humedad o al aire árido que puede causar sequedad. La cutícula comprometida debilita la hebra del pelo entero, consiguiendo que éste sea propenso a los daños, a la rotura y a los extremos partidos.
- Provocan que el cabello tarde más en secarse. Cuando la cutícula se levanta, se absorbe más humedad en la corteza, que posteriormente tarda hasta el doble de tiempo en secarse. Si además utilizas secador de pelo, sufrirás el doble de exposición al calor, lo que creará todavía más daño en tu cuero cabelludo.
- Dejan una carga aniónica. Los sulfatos tienen una carga eléctrica negativa - y esa carga permanece en el cabello y en el cuero cabelludo cuando se enjuaga el champú. Esto deja un residuo que entorpece causando estancamiento y fugas. Para neutralizar esta película, el pelo debe ser recubierto con un acondicionador sintético a base de silicona (otro producto químico), que enmascara el daño con un brillo artificial.
- Causan irritación del cuero cabelludo. Debido a que los sulfatos eliminan los lípidos naturales del cuero cabelludo, rompen la barrera natural contra el agua. Los químicos de los productos pueden penetrar en las capas superiores de la piel, causando irritación e inflamación. Además, las capas subyacentes de la piel están expuestas a patógenos (bacterias causantes de enfermedades) que de otro modo no podrían atravesar el cuero cabelludo.
- Causan estrés folicular. Cada folículo piloso está cubierto por un "tapón lipídico". Los sulfatos retiran esta tapa protectora, exponiendo la buena microbiota que vive dentro de la atmósfera. Dado que son anaeróbicos, estas buenas bacterias mueren, y las bacterias malas tienen acceso directo a un folículo ahora indefenso.
Una alternativa a los sulfatos es el Lauroilsarcosinato de sodio. Éste se deriva de la sarcosina, un aminoácido natural que se encuentra en el cuerpo humano y casi todo tipo de material biológico, tanto de los animales como de las plantas. La evaluación integral de seguridad publicada por el International Journal of Toxicology afirmó que el lauroilsarcosinato de sodio no es tóxico o nocivo y no tiene efectos mutagénicos, irritantes o sensibilizantes.
El CHAMPÚ REGENERATIVO de REDENHAIR contiene Lauroilsarcosinato de sodio ya que no es agresivo para el cuero cabelludo y, sin embargo, es muy eficaz. Es más, está incluido en el Manual de Productos Químicos Verdes (Handbook of Green Chemicals) y también está aprobado por el Cuidado Corporal Premium de Whole Foods (Whole Foods Premium Body Care) - dos sellos de aprobación que validan la confianza en la seguridad y sostenibilidad de este ingrediente.
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