Nos hemos acostumbrado a visualizar en algunos productos la frase “paraben-free” o “libre de parabenos” destacada al lado de los ingredientes en el envase y, en ocasiones, incluso nos fijamos expresamente para ver si la llevan. Pero, ¿acaso nos preguntamos el porqué? Resulta que no es tan simple como parece. Para desmitificar las opiniones contradictorias en torno a los parabenos, es necesario basarse en los estudios científicos realizados hasta el momento sobre los efectos de este producto químico sobre nuestro organismo y sobre el medio ambiente.
¿Qué son los parabenos y por qué los contienen tantos productos cosméticos?
Los parabenos son una clase de componentes químicos que se utilizan como conservantes en muchos productos de cuidado personal, incluyendo lociones, champús, cremas, dentífricos o maquillajes. Existen seis tipos de parabenos comúnmente utilizados en productos cosméticos: metil-, etil-, propil-, isopropil-, butil- e isobutilparabenos, y todos ellos sirven para ayudar a evitar el crecimiento bacteriano y prolongar la vida útil de dichos productos.
Pero… ¿qué hay de malo en ellos?
Está claro que es de gran importancia mantener los productos libres de bacterias y los parabenos lo consiguen. Sin embargo, además de evitar desarrollos bacterianos, éstos también pueden causar graves daños en nuestro cuerpo. Estos productos químicos (particularmente parabenos de cadena prolongada) se consideran potenciales disruptores endocrinos. La disrupción endocrina es básicamente la interrupción de la función correcta del sistema hormonal, y nuestro sistema hormonal impulsa todas las funciones de nuestro cuerpo. Por tanto, cualquier alteración de las funciones de nuestro cuerpo puede alterar el crecimiento, el desarrollo, la reproducción e incluso la función cerebral, entre otros. Los parabenos imitan específicamente el estrógeno, la hormona sexual esteroidea responsable del desarrollo de las características sexuales secundarias femeninas, pudiendo interferir en su producción.
La primera alerta llegó en el año 2004 cuando varios oncólogos de la Universidad de Reading (Edimburgo) llevaron a cabo un estudio con tejidos cancerígenos y en el 90% de las muestras que venían de biopsias de mujeres con cáncer de mama, existían rastros de parabenos (Darbre PD, Aljarrah A, Miller WR, Coldham NG, Sauer MJ, Pope GS. Concentrations of parabens in human breast tumours. J Appl Toxicol. 2004 Jan-Feb; 24(1):5-13). Esto promovió la teoría de que los parabenos pueden contribuir al desarrollo de cánceres de mama ya que hasta el 70% expresan receptor de estrógeno (James G. Wagner, Michigan State University).
Figura 1. Los cromatogramas de HPLCMS/MS de metilparabeno, etilparabeno, n-propilparabeno, isobutilparabeno y n-butilparabeno en un extracto de tumor de mama humano. El tejido tumoral se extrajo, se cromatografió en una columna de HPLC de Hypersil Elite y se detectó por espectrometría de masas. Las flechas indican la identidad de los picos evidentes en los cromatogramas. No se observó bencilparabeno.
Asimismo, entre los argumentos de las investigaciones también se ha demostrado que provocan alergias y problemas en la piel, aumentan los riesgos de toxicidades para nuestra salud, causan alteraciones hormonales, extienden la producción de radicales libres y están relacionados con problemas reproductivos como la infertilidad.
Además de todos estos efectos negativos sobre nuestro organismo, también existe una preocupación medioambiental. Los parabenos que se enjuagan y se van por el desagüe terminan peligrosamente dispersados en el medio ambiente. Se han hallado residuos de parabenos en muestras de agua, sedimentos de río, animales (pájaros y peces, entre otros), orina humana, esperma e incluso leche materna, lo que demuestra que al ser tan minúsculos retornan a nuestro organismo a través del agua potable que bebemos.
Si son tan perjudiciales, ¿por qué no han sido prohibidos?
La respuesta es muy sencilla: muchas empresas han invertido ampliamente en el uso de parabenos con el fin de mantener los costes bajos y los márgenes de beneficio elevados. Dejando a un lado los daños que pueden provocar, la acción conservante de los parabenos es muy efectiva, por lo que la gran parte de industria cosmética pretende mantenerlos en sus productos porque prohibirlos requeriría invertir una gran cantidad de dinero, reformulando miles de productos con conservantes más seguros pero más caros.
Lo que sí se ha conseguido es que la legislación de la UE regule las cantidades máximas contenidas en un solo producto. La máxima concentración total permitida en los productos de consumo es de 8 g de parabenos por kg de producto cosmético, siempre que ningún parabeno individual esté presente en una concentración superior a 4 g/kg.
Cómo identificar si un producto lleva parabenos
Para identificar la presencia de parabenos en cualquier producto cosmético se debe localizar su composición. En los ingredientes aparecerán todos los componentes de los que está formado el producto ordenados de mayor a menor concentración. Los parabenos aparecen como benzylparaben, butylparaben, ethylparaben (o camuflado como E214), isobutylparaben, isopropylparaben, methylparaben (o camuflado como E218) y propylparaben (o camuflado como E216).
En definitiva, es de vital importancia fijarse en los ingredientes de cualquier producto para poder analizar sus beneficios y sus posibles contradicciones y efectos secundarios. En REDENHAIR, todos los productos han sido desarrollados libres de parabenos, conteniendo conservantes alternativos que preservan el medio ambiente y no afectan negativamente sobre nuestro organismo.
No solo es importante la detección de un ingrediente tóxico o perjudicial, sino que también hay que tener en cuenta el área de aplicación de productos con parabenos: el cuero cabelludo es una zona muy delicada y podría verse profundamente afectada, provocando molestias o alteraciones, especialmente en forma de picor, escozor y excesiva sequedad o acumulación de grasa y repercutiendo directamente en la salud del cabello. Si detectas alguna de estas anomalías es el momento de cambiar de champú y probar REDENHAIR, tu cabello lo agradecerá.
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